miércoles, 13 de octubre de 2021

miércoles, 18 de noviembre de 2020

 

 EL AUTÉNTICO NOVIO DE LA MUERTE

Donde quiebre los oídos el llanto

de un niño que no cese,

 sin morir nunca y sin descanso,

una vieja agonice y arda en llamas

de manera infinita y permanente,

donde el mar sea la saliva

de un tuberculoso impenitente

y la espuma de las olas los esputos con sangre

de una ramera y un libertino 

sifilíticos en un coito ruidoso y estertórico,

doloroso, anorgásmico, priápico, definitivo,

asesino, vomitivo, sudoroso, maloliente,

incesante y para siempre;

donde yazca un cuervo muerto, podrido,

festejado por gusanos de boca negra,

blancos, gordos y relucientes,

donde sólo habite el olvido solo,

pero el atormentado, tormentoso y nauseabundo,

el más triste, yermo, desabrido y desalmado,

el más presente y ausente, pero no el de Bécquer;

donde haya siempre una mujer herida,

despechada, tristísima, lujuriosa,

rencorosa y vengativa,

muerta de deseo, pecado, dolor,

una bruja solitaria, malvada y depravada,

esperando yacente, boca arriba

a un borracho sádico, misógino,

blasfemo, empapado en sudor y pestilente…

para devorarlo vivo cada vez

que él se enhieste, y vomitarlo de nuevo

en un círculo cíclico y perenne…

ahí estará mi cadáver, mi tumba,

mi nicho, mi féretro, mi panteón,

mi deseado y definitivo nido

de plumas negras

y mi mansión desnuda,

sucia de espíritus oscuros

con colas y cuernos de Luzbel,

vociferantes, fanáticos, febriles,

obcecados, hambrientos del mal

y de clavar sus tridentes, crudelísimos,

frenéticos y omnipotentes…

ahí estará mi mausoleo,

adornado con cuadros de van Gogh,

pinturas negras de Goya y Lucientes,

y una lápida teniendo como epitafio esta poesía,

rubricada con autógrafos de Baudelaire,

Lovecraft, Alan Poe, Mesalina

y Madame Claude, y oscuras rojas

manchas de sangre hirvientes y feas,

destilando vapores y humo

irrespirables, cenagosos,

risueños, eternos y decadentes,

en decadencia sin fin,

en crisis terca y para siempre.

Y este, el mayor rebelde cósmico

con causas omnipotentes,

las noches de lunas nueva

escribirá poesías acompañado

por el violín de Paganini

y cantadas por Vincent Price,

como apología, tributo y homenaje

a la nada, al vacío, al no ser,

al final, a la negación ilusa y frustrada

de la tan temida por unos,

y deseada por este ángel caído,

novio enamorado y rendido,

venerada, adorada, anhelada,

divina, y esperada bellísima fiesta

de esa dama desolada que es

la MUERTE...

¡MUERTE, MUERTE, MUERTE!

 

 

 

 

miércoles, 3 de junio de 2020

OSCURO ROJO PASIÓN


Mi corazón
es una grande lágrima granate
de flores rojo pasión,
hechas con cuajos de sangre oscura
que penden de mi cerebro.
Es la pena predilecta,
es la pena por antonomasia,
es la pena con mayúsculas negras,
es la pena subrayada con el rojo del horror.
Cuando alguien tenga mi pena,
que le clave una lanza de fuego en los ojos,
y rompa todos los espejos,
y luego que le saque el corazón
con una daga de matar,
con un cuchillo de matar cerdos,
y la asesine para siempre
y le quite la vida
y arroje su cadáver
en el más frío y monstruoso 
pozo del olvido,
que es donde vivo yo;
del olvido absoluto
de la paz y la alegría,
y el recuerdo y el presente eterno
del infierno dentro de mi ser,
para que nadie más vea
y sienta esa pena tan horrible
y tan fea,
que es el paso de la huella de mi vida.
Luego que caven y quemen la huella
con una explosión infinita
para que el mundo se vista de alegría y de color,
y todas las almas ignoren 
que un día fui yo.
La pena más alta,
más fuerte, más gorda,
más fea, más rica,
más desalmada, más inmisericorde,
más fanfarrona, más insoportable;
la pena del amor
herido de muerte,
que no tiene fuerzas 
para transmutar
en rebelión, repulsa,
violencia, rencor y odio
todo su dolor.
El dolor de este poeta,
el dolor de esta poesía,
el dolor que a nadie le importa
ni debe  importarle,
este dolor inconmensurable,
ESTA MISERIA INHUMANA; 
ESTA PENA QUE SOY YO.


lunes, 9 de mayo de 2016

PROHIBIDO


Enséñame a describir y a escribir

sobre la melancolía, poeta alegre,

porque como yo siempre

he estado dentro de ella,

como no la conozco desde afuera,

no se compararla, contrastarla,

valorarla y explicarla desde otro estado.

Enséñame como es lo que no contiene la melancolía,

y dime qué se siente en la alegría.

Dime también como es la victoria,

porque yo sólo conozco la derrota;

soy el triunfador de las derrotas.

Explícame esto que no comprendo,

porque sé que no puedo vivirlo.

Y pregunta qué se vive en la muerte,

pues no la conozco,

¡y la deseo tanto!

siento, vivo y pienso


más allá de lo prohibido.

PARA MARÍA DE LOS ÁNGELES

Era ella una adolescente

de mirada muy triste y húmeda,
con chispas llameantes de melancolía perfumada
de poesías de un amor delirante e inédito…
Y un efluvio en los rizos de sus cabellos
de sueños quiméricos y bellos
y un aleteo en los párpados espaciado y lento
de las pestañas de sus ojos
tétrico, existencialista y psicodélico.
Unas pupilas penetrantes
como un rayo a la deriva
en el iris verde de sus ojos
con un mar en oleaje
y gaviotas llorando en el horizonte
donde el océano se une al cielo.
Era una diosa, una virgen,
una santa, una niña asceta,
devota de la pasión,
de labios rojos y gruesos
dibujados por un pintor
loco, parnasiano y bohemio;
y entre ellos emanaba
un suspiro, un eterno lamento
y gemidos incesantes
que sin saberlo buscaban
despertar en mí
toda la pasión habida
y sueños hijos de sus sueños.
Era un rostro inmaculado,
era una melodía de silencios,
la ópera Carmina Buranna
cantada por un Pavarotti afónico y llorando,
con su camisa y su pañuelo blanco
y su enorme traje negro.
Era todo el alma del poeta,
era toda la poesía,
eran “los ojos verdes” de Béquer,
“el rayo” de Miguel Hernández,
“de ala aleve y homicida”,
"que sostenía un triste brillo
alrededor de nuestras vidas"; 
la princesa de Rubén,
la de “los labios de fresa”,
y también la de Sabina;
Elizabeth en “un lugar en el sol”
Dulcinea en el Toboso,
reina “al este del Edén”;
era la dama perfecta
para un romántico sin fin
que quiso escribir un poema
y se sintió impotente, triste,
frustrado y avergonzado,
derrotado para siempre
al no poder describir el sentimiento y el alma
de aquella dama tan bellísima,
que murió hace 36 años
entre la rabia y la impotencia,
y nuestra pasión desatendida y atada,
y dejó para el recuerdo estos versos frustrados,
llenos de desencanto,
de un poeta que perdió su corazón
en aquella esquina
en la que habita su sombra
sin que nadie la recoja
de mi latido viejo y roto,
que la alberga y la pasea
por este mundo tan cruel
y esta tan desoladora
y tan miserable tierra.



ENTRE LACAN Y PESSOA VIVO SOLO

El hombre nace vive y muere solo.

Existe el conjunto, pero no la unidad ni la relación,
y todo lo demás es una enfermedad de nuestra ideas.
A veces hay encuentros,
pero no forman parte del dharma ni del libre albedrío,
sino del caos y el azar...
libertinas leyes de una existencia
sin seres libres.
No somos, sólo existimos.
Mis mayores y principales encuentros fueron con mi madre.
Mi madre falleció. 
Ignoro si tendremos más oportunidades
en el océano de la existencia en la que nadie es como quiere,
ni nada es como desea. 
Ni siquiera puedo ser madre.
Os amo.
¿Pero realmente sirve para algo que os ame?
Solo sirve que os lo diga,
luego volvemos y vivimos nuestra soledad real.
Estamos divididos,
somos islas en un océano donde todo es caduco y cíclico,
esa es la ley,
y nosotros sus esclavos.
¿Continuaremos siquiera existiendo...?
¿No será la metafísica hija tan ilusoria
de la ilusión  global y absoluta que dice que vivimos aquí,
y en verdad lo es... y ambas lo son?


domingo, 8 de mayo de 2016


YING

Llevo el Ying tatuado en mis ojos,
y en mi mirada un claroscuro;
yo no he sido creado,
desciendo tan sólo de los simios,
y en mi espalda y en mi torso
luzco el vello de los toros y los lobos
de los montes,
en la ciudad no tengo ascendente alguno,
los primeros reptiles son mis ancestros,
y las fiestas de mi clase
las hacen Santas Compañas
de Espartacos, labradores y remeros;
todos ellos son mis santos difuntos.
Me he acostado con mujeres de toda condición,
menos con reinas y burguesas,
no quiero que me ensucien aristócratas y empresarias,
entrego mi ser y mi existencia a mujeres parias,
criadas, esclavas y sirvientas,
soy bajo en los bajos de los mundos,
de mirada humilde y rebelde;
llevo el Ying tatuado en mis ojos
y en el enfoque un claroscuro.
Para huir del Samsara no pronunciarán
mis labios oración alguna,
ni seré devoto de los santos,
pediré prestados dos versos
al poeta Ismael Serrano
y ataré bandadas de gorriones y gaviotas
(reidoras, tristes, lloronas y burlonas),
a mis muñecas para que me arrastren volando
muy lejos de aquí, pero no a otro planeta,
sino al vacío de la nada,
y consumaré la perfección
en la negación de mi existencia.
Yunques, arados, hoces, martillos, guadañas,
campos de heno y campos de trigo
serán los testigos y herederos
de mi estancia en este astro maldito,
en esta Tierra que entierra
los corazones tiernos y rebeldes
de humanos poetas de la tragedia y el desatino.
Seguiré la senda de Miguel,
de Baudelaire,  de Pessoa y León Felipe,
y seré la cola de un reguero de cenizas
defenestrado en la amateria del delirio.
Cuando yo no sea,
cuando no sea nada,
cuando no tenga cuerpo,
mente ni alma, ni espíritu,
seré en mí mismo la nada,
y un reguero de pólvora encendida
en el inconsciente colectivo
de los rebeldes cósmicos del Samsara:
parias, esclavos y esclavas,
criados, criadas y sirvientas
que amamanten una prole de suicidas,
de kamikazes que se enfrenten
a los dioses y los ricos,
y vivan en coitos constantes,
incestuosos y endogámicos,
con conciencia de clase
y sin conciencia del cielo;
no más cielos que la afsenta,
el aguardiente, el whisky,
el láudano, la maría,
y la apología del incesante suicidio colectivo
de los parias, los esclavos,
los criados, las criadas, las sirvientas,
y la huida del Samsara
con bandadas de gorriones
y gaviotas famélicas,
atadas a nuestras muñecas,
pero no a otro planeta,
sino al vacío de la nada,
y consumaremos la perfección
en la negación de nuestra existencia.
Llevo el Ying tatuado en mis ojos,
y en la mirada un claroscuro.